Muchas personas tienen una batalla para conseguir que sus hijos tomen verduras y hortalizas porque las rechazan. Es tarea de los padres buscar fórmulas para que las encuentren atractivas.
Le agradezco a mi buena amiga Noelia el consejo que me ha dado para los que son reacios a probar el calabacín. Algo bien sencillo, se trata de incorporarlo en la tortilla de patata cortándolo en dados pequeños o rallándolo y cocinándolo junto a las patatas. La tortilla queda muy jugosa por lo que puede necesitar menos huevos para el mismo tamaño que si fuera solo de patata, y los niños la disfrutan igual. El calabacín mejor bien pelado para que no se vea la piel y no le pongan pegas de entrada.
En este caso el objetivo sería conseguir que venzan el rechazo al calabacín al probarlo en la tortilla y que lo coman también de otras formas, sabiendo y disfrutando de lo que comen. A los niños más mayorcitos hay que explicarles lo que lleva la tortilla, que comprendan que deben comer verduras y encontrar la forma de disfrutarlas. Yo al mío siempre le digo que las frutas y las verduras son buenas para estar fuertes y crecer, para no ponerse malito, quiero que le quede grabado. Pero siempre el mejor consejo es el ejemplo, que nos vean comer sano.
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